Los albergues de animales tienen más trabajo que nunca últimamente, ya que por desgracia muchas personas siguen abandonando a sus mascotas, actualmente en muchos casos a causa de la crisis económica y para poder reducir los gastos. Cuidar y atender a más de 200 animales no es nada fácil, así que es admirable la labor que realizan a diario quienes trabajan en este tipo de lugares.

Hoy me gustaría centrarme en el funcionamiento de los albergues de animales, en los cuales sus trabajadores tratan con cariño a las mascotas que otras personas abandonan. Ahí es donde más se fomenta la adopción, la fórmula perfecta para darle una nueva vida a unos animales que no han tenido buena suerte con sus anteriores dueños. Está claro que todos merecen tener un hogar y ser felices, al igual que todas las personas.

Así funcionan

El trabajo en estos albergues comienza a las 8 de la mañana, que es cuando los animales salen al patio gracias a sus cuidadores. La noche la pasan bien cubiertos y en chelines individuales, exceptuando los perros muy pequeños que duermen de dos en dos para poder darse más calor. Los patios suelen ser grandes, y mientras los perros están allí se limpian los excrementos que pueda haber, tanto en los chelines como en el propio patio.

A partir de las 10 de la mañana serán atendidos por el veterinario todos aquellos animales que necesiten atención médica. En los patios hay agua fresca y limpia para que cualquier perro pueda beber en cualquier momento, y también hay pienso disponible durante todo el día. Cada albergue suele tener varios patios para organizar a los perros basándose en factores como sexo, tamaño y, muy especialmente, su comportamiento.

Momento de descanso y aseo

A la hora de comer, los trabajadores del albergue suelen tener una hora y media de descanso. Durante ese tiempo, los animales vuelven a sus chelines. Después del descanso, vuelven a los patios y mientras unos cuidadores vigilan, otros vuelven a limpiar. Por las tardes es cuando se asean a los perros que necesitan cuidados especiales.